Como cuidar tus rodillas en época de frío

El invierno no suele ser la estación favorita de nuestro organismo. La climatología y los cambios en nuestra alimentación y hábitos de vida terminan por afectar a nuestros músculos y articulaciones, especialmente cuando vamos cumpliendo algunos añitos. Las partes de cuerpo que más se resienten son, a menudo, nuestras rodillas. Y no es de extrañar. Son las articulaciones más importantes, las que sostienen nuestro cuerpo y, por tanto, las que más desgaste sufren.

A continuación vamos a mostrarte las principales causas por las que nuestros huesos y músculos nos duelen más en invierno y algunos remedios para el dolor de rodillas muy sencillos de llevar a cabo.

Por qué duelen las articulaciones en invierno

El propio frío es muchas veces la principal causa de que las articulaciones duelan más en invierno que durante las estaciones cálidas, al aumentar la viscosidad del líquido sinovial, que es el encargado de lubricar las articulaciones. Como consecuencia, nuestras articulaciones se vuelven más rígidas, la fricción aumenta y con ello el dolor.

Pero el frío no es la única causa del dolor articular en las estaciones frías. Nuestros hábitos de vida también tienen mucho que ver.

¿A quién no le gusta salir a pasear o de excursión durante la primavera y el verano, cuando el sol acaricia nuestra piel y podemos ir ligeros de ropa? Sin embargo, la cosa cambia cuando llegan los rigores del invierno y tendemos a quedarnos más en casa. Una mantita y el sofá se convierten en nuestros mejores amigos. Pero, ¡cuidado! Pueden ser unos amigos muy traicioneros: el sedentarismo termina por pasarnos factura, y la factura es cada vez más elevada con los años.

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Si al sedentarismo propio del invierno le unimos la tendencia a llevar una dieta más rica en grasas, en definitiva, más calórica, el resultado puede ser un sobrepeso que nada bueno va a traer a nuestras articulaciones. Y a las que menos, a nuestras rodillas.

Cómo aliviar el dolor de rodillas

El ejercicio es fundamental para fortalecer las rodillas, pero al ser una zona tan delicada de nuestra anatomía es recomendable que pidas el consejo de un monitor en el gimnasio para que te recomiende una rutina acorde a tu situación. Algunos de los ejercicios clásicos son: step, sentadillas isométricas, equilibrio a la pata coja o levantamientos laterales de piernas, entre otros.

Algo que es bueno para el dolor de rodillas es dormir en posición lateral con un pequeño cojín entre las piernas (incluso puedes comprar cojines específicos en farmacias).

Dependiendo del tipo de molestia que sufras, puede ser igualmente conveniente que te apliques frío o calor en tus rodillas (y, en general, en cualquier articulación que te provoque molestias). Si te duelen las rodillas y notas que están calientes, un poco de hielo en un paño te aliviará. Si las notas rígidas pero no sientes calor al tocarlas, te vendrá de perlas aplicar calor durante unos 20 minutos (ya sea mediante un paño caliente o utilizando una manta eléctrica).

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Las cremas de efecto frío y efecto calor son muy conocidas como tratamiento para el dolor. Este tipo de cremas para el dolor de rodillas reducen el dolor y la inflamación y son útiles para cualquier tipo de dolencia. Son medios fáciles de usar y con acción local temporal, por lo tanto, bien usados pueden ser un gran aliado.

Por último, cuida tu alimentación y no dejes de llevar una dieta equilibrada durante los meses fríos. Todos sabemos que es una época en la que entran muy bien los potajes, pero bien puedes compaginarlos con una dieta variada que incluya fruta, verdura, frutos secos, huevos, pescado y, en general, productos con un alto contenido en antioxidantes y vitaminas C, D y E.

En resumen, nada de sedentarismo y una adecuada alimentación es la mejor forma de combatir el molesto dolor de músculos y articulaciones propio de las estaciones frías. ¡Ah!, se nos olvidaba algo que es muy bueno para el dolor de rodillas: un buen calzado (a veces son estos pequeños detalles las causas de nuestros males).