Sedentarismo, el gran enemigo de la Salud

Durante cientos de miles de años el ser humano fue un nómada, cazador y recolector, que recorría el mundo en busca de alimentos y climas benignos. Con la llegada del Neolítico, hace unos 10.000 años y, especialmente, con el surgimiento de las grandes civilizaciones, hace unos 5.000, los humanos nos asentamos en pueblos y ciudades y emprendimos un camino hacia el sedentarismo que ha culminado en la actual sociedad de sofá, ordenador y televisión.

Pero, ¿Cuáles son las consecuencias de esta vida sedentaria? En este artículo, te invitamos a adentrarte en los efectos negativos que el sedentarismo está teniendo en nuestra salud y bienestar. Exploraremos cómo esta nueva forma de vida impacta nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra calidad de vida en general.


¿Qué es el Sedentarismo?

El sedentarismo, a menudo malinterpretado como mera inactividad, es en realidad un concepto distinto, aunque en muchas ocasiones vayan de la mano. Se dice que una persona es inactiva cuando su tiempo dedicado al ejercicio, aunque sea moderado, no supera las 2 horas y media a la semana. No obstante, cuando se habla de llevar una vida sedentaria, se refiere a las actividades que requieren un mínimo gasto de energía, realizables incluso mientras se está sentado o tumbado. Piensa en los desplazamientos en automóvil, las horas que se pasan en el trabajo o en la escuela, o el tan conocido ocio en el sofá (que a veces cariñosamente llamamos "sofing").

En resumen, el sedentarismo se define como un estilo de vida que carece de la actividad necesaria para mantener una buena salud tanto física como mental. Es, sin duda, uno de los grandes males de nuestra sociedad.

¿Qué es ser una persona inactiva físicamente?

El sedentarismo y la inactividad física son términos que a menudo se confunden, pero en realidad se refieren a conceptos distintos, aunque estén relacionados. Comprender la diferencia entre ambos es fundamental para abordar adecuadamente nuestro estilo de vida.

Cuando hablamos de inactividad física, nos referimos a un nivel insuficiente de actividad física en general. Se considera que una persona es inactiva cuando no alcanza el umbral recomendado de al menos 150 minutos de actividad física moderada a intensa por semana. En este caso, la falta de ejercicio adecuado es el principal factor en juego.

Por otro lado, el sedentarismo implica un estilo de vida caracterizado por actividades de bajo gasto energético y prolongados periodos de estar sentado o acostado. Aquí, el enfoque recae en las actividades cotidianas que no involucran movimiento, como pasar horas frente a la televisión, utilizar el automóvil para desplazarse distancias cortas o pasar la mayor parte del tiempo sentado en el trabajo.

En pocas palabras, el sedentarismo es una forma específica de inactividad física que se centra en las actividades diarias que carecen de movimiento y gasto de energía.

Ahora que hemos aclarado la diferencia, es importante reconocer los riesgos asociados con ambos. Tanto el sedentarismo como la inactividad física pueden tener impactos negativos en nuestra salud y bienestar general. Por lo tanto, es crucial tomar conciencia de nuestros hábitos y tomar medidas para incorporar más actividad física en nuestra rutina diaria, rompiendo el ciclo de la inactividad y el sedentarismo.

¡Acompáñanos en esta exploración más profunda sobre el sedentarismo y la inactividad física, y descubre cómo podemos dar pasos hacia una vida más activa y saludable!

Consecuencias del sedentarismo

Las consecuencias de la inactividad física y el sedentarismo son numerosas y abarcan tanto la salud física como la mental. A continuación, exploraremos algunas de las principales repercusiones de estos hábitos:

  1. Problemas de salud cardiovascular: La falta de actividad física y el sedentarismo están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria y los infartos. La inactividad puede contribuir al aumento del colesterol y la acumulación de grasa en las arterias, lo que dificulta el flujo sanguíneo y aumenta la presión arterial.
  2. Aumento de peso y obesidad: La falta de ejercicio y el estilo de vida sedentario favorecen el aumento de peso y la acumulación de grasa corporal. La falta de actividad física no solo contribuye a un metabolismo más lento, sino que también disminuye la quema de calorías, lo que puede llevar al sobrepeso y la obesidad.
  3. Problemas musculares y óseos: La inactividad física puede provocar debilidad muscular, atrofia y pérdida de densidad ósea. Esto aumenta el riesgo de lesiones, fracturas y enfermedades como la osteoporosis.
  4. Riesgo de enfermedades crónicas: La falta de ejercicio regular se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer (como el de colon y el de mama) y trastornos metabólicos.
  5. Problemas de salud mental: El sedentarismo y la inactividad física también pueden tener un impacto negativo en la salud mental. Estos hábitos están asociados con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y estrés. La actividad física regular ayuda a liberar endorfinas, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen los niveles de estrés.
  6. Disminución de la calidad de vida: El sedentarismo y la inactividad física pueden afectar negativamente la calidad de vida en general. La falta de energía, la disminución de la capacidad funcional y la pérdida de autonomía pueden limitar las actividades diarias y dificultar la participación en actividades sociales y recreativas.

Si estás interesado en aprender cómo evitar el sedentarismo y adoptar un estilo de vida más activo, te invitamos a leer nuestro artículo "Consejos prácticos para evitar el sedentarismo". Descubre estrategias efectivas y sencillas para incorporar más movimiento en tu día a día y mejorar tu salud y bienestar general. ¡No te lo pierdas!

Es importante destacar que romper con la inactividad física y el sedentarismo puede tener beneficios significativos para la salud. Incorporar una rutina regular de actividad física, como caminar, hacer ejercicio aeróbico o practicar deportes, puede ayudar a prevenir enfermedades, mejorar la condición física y promover el bienestar general.

¡Anímate a dar el primer paso hacia un estilo de vida más activo y saludable! Tu cuerpo y mente te lo agradecerán.


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